Debe haber sido el año 1983. Me desempeñaba como novel operador de audio en una modesta sala de grabación del antiguo Instituto IACC. De pronto irrumpió un entusiasta Francisco "Paco" Linares, Presidente del Colegio de Publicistas de Chile, para advertirme que dentro de una hora vendría su amigo del alma, Petronio Romo, a grabar unas frases para la promoción de un Seminario de la agrupación gremial que dirigía. Quedé perplejo, electrificado. Uno de mis ídolos desde la infancia estaría ahí en un puñado de minutos y lo podría conocer en vivo y en directo. Y así fue. A la hora indicada, un regordete y bajito caballero estrecha mi mano con simpática caballerosidad. Sin ningún aspaviento se presenta con una voz más delgada y cerrada de la que tenía en mis registros.
“Mucho gusto. Petronio Romo. Ud. dirá”. Todavía atónito y consciente de la responsabilidad de grabar a uno de los Grandes, acomodé al ídolo en el humilde locutorio, tratando de hacerlo sentir lo más cómodo posible frente a un desvencijado micrófono Electro Voice. Ya de regreso en la sala de control me empodero de la situación y con máxima convicción espeto un “Listo Don Petronio. Cuando quiera probamos niveles”. De ahí en más para mí todo sería admiración y reconocimiento a este personaje que no sé por qué, lo asociaba al protagonista de la Serie Televisiva Cannon, William Conrad. (EN LA IMAGEN DE LA DERECHA)
El largamente criticado micrófono y merecedor de los males de todas las grabaciones anteriores, “sonó” como nunca. La poderosa proyección de la voz de Don Petronio, me hizo saltar sobre los controles para atenuar la intensidad y tener algún manejo sobre los niveles de grabación. En nada, ya tenía la medida justa. Su voz de prueba fluía con armonía, precisión en cada letra y una estabilidad asombrosa que hacía picar el indicador VU cerca del 0 db sin sobresaltos. “Estamos listos. Cuando quiera”. Su respuesta de “Ud. manda Pepe”, me hizo sentir importante (Ud. manda) y cercano (Pepe. Ya le era familiar). Levanté y luego bajé mi brazo con el clásico gesto que indica el inicio de la grabación.
La Grabadora de Reel Akai GX 4000 giraba con elegancia y mis manos aún temblorosas en el cronómetro medían la locución que debía durar 30 seg. De reojo, miraba a través del Vidrio Doble que separaba las dependencias y advierto como Don Petronio se desliza por el texto con gracia y haciendo unos convulsionados y extraños giros con su cabeza que lo alinean y desalinean con el micrófono, para deshacerse en vivo de los excesos de aire de algunas consonantes impulsivas que pudieran “popear” el micrófono y estropear la grabación. Apreté el stop y la aguja del cronómetro analógico marcaba 33 segundos. Él levanta su cabeza y me pregunta ¿Cómo anduvimos Pepe? Con la misma familiaridad ¡Súper bien Don Petronio! No más que estamos un poquito pasados en el tiempo. Se acomoda en la silla y me dirige un sorprendido y gracioso comentario “Ah, esta lesera es con tiempo. Me hubiesen dicho antes”. Me asustó un poco su frase pero por suerte su amigo de toda una vida, Don Paco, salió en mi auxilio. Sí, Romo, la frase debe durar 30 seg. Ok responde… Toma 2. Click 00:00:00. Retumba la última palabra del texto que era… Publicistas de Chile… click 00:30:00. ¿Qué tal ahora Pepito? Paré la grabadora. ¡Estamos listos! Obviamente no tenía ningún sentido seguir con la sesión. Mientras él se desembarazaba de la silla y se incorporaba. Yo pensaba con "rever" en mi cabeza… ¡Se pasó el viejo! ¡Maestro… tienen un compresor en la garganta, un amplificador en sus cuerdas vocales, un anti pops incorporado y un cronómetro en la cabeza. Ídolo! La frase estaba perfecta. Sólo para asegurarme que la máquina había grabado, retrocedí y reproduje los 30 segundos como un saludo a la bandera al cual Romo no prestó mucha atención. Él, sabía perfectamente que la frase estaba en su punto. Con la misma simpatía y donaire, estrecha nuevamente mi mano con un cordial “Muchas gracias Pepito, que le vaya bien”. Fue el primero de varios encuentros con la leyenda viva de la locución chilena. Vinieron otras grabaciones y el proceso fue más o menos el mismo. En la toma 1 él regulaba su cronómetro y metrónomo interno, y en la dos todos sus sentidos se coordinaban para hacer un trabajo digno de un ser de otro planeta.
Aquí les dejo algunos fragmentos de locuciones del Gran Petronio Romo.
Un locutor excepcional y una bellísima persona.